En la cuarta película, el clásico partido Japón-Europa se convierte en intercontinental. Esta vez organizan un mundial con 4 equipos: Japón, EE.UU., "Toda Europa" y "Toda Sudamérica". En el primer partido, Japón derrota fácilmente a EE.UU. 3:0 y en el segundo partido Europa pierde 2:3 contra Sudamérica. En la ronda final, S.A. muestra a su "cyborg del fútbol" Carlos Santana, un jugador más que supremo que parece imbatible. Todos sus trucos clásicos como el "Tiger Shot" de Hyugas o el "Top Spin" de Tsubasas parecen no servir para nada, pero en un partido duro y espectacular los japoneses aprenden cada vez más a jugar al unísono y finalmente consiguen la victoria.